Las VPN son cada vez más populares: las vemos anunciarse en multitud de canales de YouTube, en las webs de tecnología también las recomiendan constantemente y si has intentado ver algún video que está bloqueado en tu país seguramente algún amigo te habrá dicho que puedes ver ese video si te conectas a una VPN.
Originalmente las VPN fueron pensadas para que un usuario pudiera conectarse a una red en remoto independientemente de su ubicación física real. Es un tipo de conexión que se emplea mucho en el entorno corporativo desde hace años para que los trabajadores que están fuera de la oficina puedan conectarse a la red y recursos de la empresa sin necesidad de tener que desplazarse in-situ a su puesto de trabajo.
Sin embargo, hoy en día las VPN tienen un uso más amplio. Muchos particulares las utilizan para navegar por internet de forma privada y evitar así que su ISP (Proveedor de servicios de internet) pueda rastrear las páginas que visita, y también es muy popular para acceder a contenido online con bloqueo regional.
¿Cómo funcionan las VPN?
La tecnología VPN (Virtual Private Network o Red Privada Virtual) permite establecer una conexión segura entre nuestro dispositivo y un servidor remoto. Esto a efectos prácticos nos permite navegar por internet como si estuviéramos en la misma ubicación física que ese servidor, tal y como hemos comentado hace un momento.
Como consecuencia, la dirección IP de nuestro dispositivo también será reemplazada por una nueva IP procedente del mismo país en el que se encuentra el servidor. Por ejemplo, si nos conectamos a un servidor VPN ubicado en Alemania, nuestro dispositivo obtendrá una IP alemana y podremos navegar como si estuviéramos físicamente en dicho país.
De esta manera, lo que hacemos básicamente es enmascarar u ocultar cualquier información que sirva para identificarnos, como la dirección IP, la ubicación o los datos de navegación por internet. A ojos de cualquier observador externo, lo único que verán es que estamos conectados a un servidor proxy, pero ahí se perderá la pista, ya que nuestra actividad online no podrá ser rastreada más allá de ese punto.
¿Son legales las VPN?
Actualmente las VPN solo son ilegales en China, Turquía, Irak, Rusia, Bielorrusia, Corea del Norte y Turkmenistán. En otros países como los Emiratos Árabes, Uganda e Irán solo se pueden usar algunas VPN previamente aprobadas por las autoridades locales, y en Omán está prohibido su uso a nivel personal, si bien algunas instituciones o servicios gubernamentales tienen permitido el uso de conexiones VPN.
En el resto de países las VPN son legales y se pueden usar de manera completamente legal. En España, así como en el resto de Europa su uso está autorizado, tal y como ocurre en Estados Unidos y otros lugares como América Latina (excepto Venezuela, que no son ilegales pero al parecer el gobierno bloquearía algunas VPN), donde este tipo de herramientas no cuentan con ninguna restricción normativa hasta este momento.
Ojo, esto no es una carta blanca para hacer lo que nos de la gana, ya que si hacemos algo ilegal (piratear contenido multimedia, por ejemplo) seguirá siendo un delito tanto si estamos conectados a una VPN como si no.
¿Puedo usar una VPN para ver contenido con bloqueo regional?
Si vives o resides en un país donde el uso de esta tecnología es legal, puedes usar las funcionalidades de las VPN sin restricciones de ningún tipo. Incluida la posibilidad de ver contenido con bloqueo regional.
Por ejemplo, debido a los derechos de emisión, el catálogo de Netflix es diferente en cada país, así que muchas series o películas solo están disponibles en determinadas regiones del planeta. Si te has ido de vacaciones fuera de España y quieres seguir viendo tu serie favorita de Netflix, por tanto, podrías conectarte a una VPN para acceder a tu cuenta y continuar disfrutando de tu suscripción.
Otra cosa es que quieras ver todo el catálogo de Netflix sin moverte de tu casa, en cuyo caso hay que recordar que Netflix EEUU, la región con mayor contenido de la plataforma, está cada vez más atenta a este tipo de conexiones, y lo más probable es que detecte que tenemos una VPN y nos bloquee el acceso.
De un tiempo a esta parte Netflix está intentando evitar estos abusos de manera mucho más activa, con métodos de detección mas eficaces y bloqueando IPs de servidores VPN constantemente. Aunque muchos servicios de VPN no lo quieren admitir abiertamente, en la práctica cada día resulta más complicado ver contenido en streaming utilizando una conexión de este tipo, y es una tendencia que no parece que vaya a cambiar a corto plazo. Algo muy importante a tener en cuenta.
En cualquier caso, siempre que vayas a contratar un servicio VPN, asegúrate de que tienen servidores proxy en los países a los que te quieres conectar, y tampoco te olvides de revisar su política de “no-registros” para evitar que puedan filtrarse datos como tu usuario y contraseña de Netflix, YouTube o cualquier otro servicio online.
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¡Nos leemos en el siguiente post!