Siempre me ha hecho ilusión poder tener un cine en casa, y cuando me enteré de que los proyectores portátiles eran una realidad más que asequible y que además habían mejorado muchísimo en los últimos años decidí probar suerte. Hace unos 5 meses me compré el Wanbo T2 Max de Xiaomi, y a continuación os cuento mi experiencia.
Antes de decantarme por este proyector estuve mirando muchas otras marcas y modelos, pero terminé quedándome con el Wanbo T2 Max principalmente porque era pequeño y porque cumplía con todo lo básico que estaba buscando en un producto como este. También empleé bastantes horas en informarme sobre las especificaciones más relevantes de los proyectores caseros y en los detalles en los que tenía que fijarme.
Xiaomi Wanbo T2 Max en análisis, ¿el rey de los proyectores portátiles de gama media?
Una de las cosas que tenemos que tener en cuenta cuando compramos un proyector para montarnos nuestro cine en casa es la habitación donde vamos a usar el proyector. Dependiendo de la distancia entre el proyector y la pared, con este Wanbo T2 Max podemos conseguir pantallas de hasta 120 pulgadas si nos alejamos un máximo de 5 metros. Y creedme, a menos que tengamos una habitación bien grande, no siempre es fácil conseguir esos ansiados 5 metros de distancia.
A menos que tengamos el proyector colgado del techo y perfectamente centrado, necesitaremos que el proyector ofrezca algún tipo de corrección en el ángulo de la imagen. El T2 Max cuenta con una corrección trapezoidal, tanto horizontal como vertical de ±40 grados en ambas direcciones. Esta es una de las características más importantes del dispositivo, ya que muchos proyectores solo ofrecen corrección en el plano horizontal, y dependiendo de su ubicación este es un apartado muchas veces necesario. Bien por Wanbo.
En cuanto al brillo, ofrece un total de 4000 lúmenes (o 150 lúmenes ANSI), que no es una pasada si miramos otros proyectores más premium, pero después de usarla en una habitación a oscuras o con baja iluminación está claro que ofrece brillo más que de sobra. La imagen se ve nítida y no hay ningún momento en el que echemos en falta una mayor potencia en el “chorro” de luz del proyector.
Otra cosa es que vayamos a usar el proyector a plena luz del día o con las ventanas abiertas de par en par, pero a nada que tengamos la estancia un poco oscurecida la experiencia es más que notable.
En lo que respecta a la imagen, el Wanbo T2 Max entrega una resolución Full HD, algo que no se encuentra en muchos proyectores portátiles de este rango de precio. La verdad es que la definición de la imagen es lo primero que nos llama la atención: incluso con la pantalla en su máximo tamaño se ve todo muy limpio.
Por supuesto, antes de conseguir una imagen nítida tendremos que enfocar la lente, algo que en este caso se realiza de forma manual mediante una rueda de ajuste ubicada en la zona superior del aparato. Algunos proyectores tienen enfoque automático, pero es algo tan sencillo que tampoco molesta.
Si nos adentramos en el sistema operativo nos vemos las caras con un Android 6.0 (aunque en la tienda donde yo lo compré indicaban que era Android 9.0), sin acceso a la tienda de aplicaciones de la Play Store, pero con acceso a otra tienda desde donde podemos descargar las apps de streaming más conocidas (algunas como Netflix o YouTube ya vienen instaladas de serie). Para mover todo esto el proyector utiliza una memoria RAM de 1GB y 16GB de espacio de almacenamiento interno. Algo un poco justito pero que nos debería bastar para reproducir películas.
La conectividad es otro punto interesante, ya que además del Wi-Fi y el Bluetooth también cuenta con un puerto USB para conectar pendrives y reproducir contenido. Junto a todo esto también encontramos un puerto HDMI para conectar un Chromecast, un FireTV Stick, el ordenador portátil o incluso la videoconsola si nos apetece. Este es otro factor relevante, tal y como veremos un poco más adelante.
Experiencia de uso y opinión
En líneas generales la experiencia de visionado de películas con este proyector portátil es muy positivo. Apenas pesa 900 gramos y tiene unas dimensiones de 110 x 140 x 150mm, por lo que podemos colocarlo prácticamente en cualquier lugar y después guardarlo en un cajón o en un armario hasta que lo volvamos a usar de nuevo.
El sonido de los altavoces no es muy bueno, y si queremos sacarle todo el partido lo mejor que podemos hacer es aprovechar la salida de audio auxiliar o el Bluetooth para conectar unos buenos altavoces, lo que hace que la sensación general gane muchos enteros.
Como hemos dicho antes la calidad de la imagen es de lo mejorcito de este proyector, fácil de enfocar, con un brillo bastante potente y una resolución muy buena (para qué engañarnos). La verdad es que para ser un proyector de menos de 200 euros tiene una relación calidad-precio exquisita.
Ahora bien, el sistema Android que utiliza es bastante antiguo, lo cual no sería ningún problema si no fuera porque se nota que al hardware le falta «chicha» cuando queremos reproducir algo en streaming desde la app de Netflix o ver algún video del pendrive USB desde Kodi.
Lo más recomendable es aprovechar la entrada HDMI para reproducir todo desde ahí, ya sea con un stick como el de Amazon o Google, o cualquier otro dispositivo con salida HDMI. Es ahí cuando notamos que todo va sobre ruedas, ya que el peso de la reproducción no depende del hardware del proyector, sino del dispositivo que hemos conectado, obteniendo resultados mucho más satisfactorios.
Otra cosa que no tuve en cuenta cuando compré el proyector fue la necesidad de un trípode, algo bastante básico para enmarcar bien la proyección. El Wanbo T2 Max tiene un enganche en la base que podemos usar para conectar un pequeño trípode de cámara, y la verdad es que facilita mucho el trabajo. Si alguna vez os compráis un proyector portátil acordaros del trípode. No suelen valer más de 10 euros.
Conclusión
En definitiva, tenemos un proyector portátil con sus pros y sus contras. No todo es color de rosa, pero la verdad es que para el precio que tiene creo que merece bastante la pena, siempre y cuando tengamos en cuenta todo lo que hemos comentado previamente. Dentro de su mismo rango de precio tenemos otras opciones similares, pero no todas son tan completas en cuanto a portabilidad, conectividad y calidad de imagen.
Si estamos dispuestos a gastar un poco más podemos encontrar proyectores mejores a partir de los 300 o 400 euros, pero ahí ya estaríamos jugando con dispositivos mucho más grandes y menos “manejables”.
Actualmente el Wanbo T2 Max está agotado en varias tiendas online, pero todavía podemos conseguirlo en sitios como AliExpress por unos 164 euros. En Amazon también se puede encontrar por unos 179 euros a través de algunos vendedores.
*Este artículo contiene enlaces de afiliado de Amazon y AliExpress, lo que significa que si compras algo en estas tiendas desde nuestro enlace nosotros nos llevamos una pequeña comisión que nos ayuda a mantener la web. El dispositivo lo hemos comprado de nuestro bolsillo y todas las opiniones son tan honestas como personales.