Era un secreto a voces: el servicio de videojuegos en streaming de Google no terminaba de despegar. Ayer finalmente Google lo hizo oficial, y publicó un comunicado anunciando que Stadia cerrará sus puertas el próximo 18 de enero de 2023.
Según explica Phil Harrison, vicepresidente de Stadia, “Si bien el enfoque de Stadia para el streaming de juegos se basó en una sólida base tecnológica, no ha ganado la tracción que esperábamos entre los usuarios, por lo que hemos tomado la difícil decisión de comenzar a reducir nuestro servicio de streaming de Stadia”.
Google devolverá el dinero de los juegos y el hardware
Si entramos en la plataforma de Stadia vemos que en estos momentos la tienda ya ha sido cerrada y no se puede adquirir ningún juego nuevo ni contratar ninguna suscripción. En su lugar vemos un mensaje informando a sus usuarios de la triste noticia.
Eso sí, los juegos que ya estén en nuestra biblioteca seguirán estando disponibles y se podrán seguir jugando hasta que Stadia apague sus servidores el 18 de enero.
Al menos los usuarios que hayan apoyado la plataforma pueden consolarse sabiendo que Stadia devolverá el dinero de todos los juegos y complementos, así como del hardware adquirido (mandos y packs básicamente) a través de la tienda de Google.
Se estima que el proceso de reembolso del dinero esté completado para mediados de enero de 2023. Dato importante: la devolución del dinero se hará sin que tengamos que retornar ninguno de los productos.
Una tecnología arrolladora que prometía cambiar el mundo del gaming para siempre
Cuando Google anunció por sorpresa la plataforma de videojuegos en la nube de Stadia en aquella ya lejana conferencia del GDC de 2019, muchos se llevaron las manos a la cabeza. ¿Una tecnología que permitía jugar a juegos AAA sin una consola física? ¿Con resoluciones de hasta 4K, con HDR y sonido envolvente?
Aunque la tecnología de Stadia ha sido todo un éxito y ha demostrado ser capaz de ofrecer una experiencia de juego más que satisfactoria, el resto de engranajes del producto no han funcionado tan bien. Una política de precios bastante elevados y un catálogo de juegos que nunca terminó de despegar, junto a una ausencia clara de títulos exclusivos, ha terminado por cortar definitivamente las alas del proyecto.
“Seguimos profundamente comprometidos con los juegos y continuaremos invirtiendo en nuevas herramientas, tecnologías y plataformas que impulsen el éxito de los desarrolladores, socios de la industria, clientes de la nube y creadores” prometen desde Google. Parece que esta vez no ha podido ser.